El pasado jueves 31 de octubre, Buscarita Imperi Roa, integrante de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, visitó la UNM y participó de una Jornada por el Día Nacional del Derecho a la Identidad, que se conmemora en nuestro país cada 22 de octubre.

El objetivo del encuentro fue reflexionar y conmemorar la lucha por la recuperación de nietos apropiados durante la última dictadura cívico-militar, y en este contexto Buscarita contó cómo encontró a su nieta Claudia, una de las primeras restituidas.

 

 

“Fueron secuestrados su hijo José, su nuera Marta y su nieta Claudia, que tenía 8 meses de vida en ese momento. Su nieta fue restituida, pero su hijo y nuera aún continúan desaparecidos”, explicó Marcelo Giacoia, docente de la Licenciatura en Trabajo Social, a modo de introducción.

“Nosotras pensábamos que las desapariciones iban a ser por un tiempo. Que iban a ir presos, ser interrogados y luego volver a casa. Pasaron los meses y los años y nunca más volvieron. Tengo otros hijos, nietos y hasta bisnietos. Pero buscar a Claudia fue el propósito de toda la familia”, comenzó Buscarita. Luego, continuó su relato contando cómo comenzaron a organizarse los familiares de desaparecidos: “Fue terrible para mí levantarme una mañana y que me dijeran que durante la noche en Guernica un auto se los había llevado a ellos y a sus pertenencias, e incluso a la beba. Me pregunté qué hacía, a dónde podía ir, con mucho miedo. Fui a una iglesia en Quilmes y ahí me encontré con el dolor muchas otras madres. Nos empezamos a juntar, de a poco nos fuimos reuniendo las madres y las abuelas y buscábamos juntas”.

Para finalizar, Buscarita Imperi Roa se centró en la historia de su nieta Claudia: “Mi nieta fue entregada muy rápidamente a la familia de un coronel, que no podían tener hijos. Le cambió el nombre, el apellido, la fecha de nacimiento. Fue criada como la hija de este matrimonio hasta los 21 años. Iniciamos con Abuelas  el primer juicio oral y público por apropiación ilícita con el caso de mi nieta. Y luego de ese juicio ella pudo empezar a armar su rompecabezas. Le costó mucho entender, ella quería a quienes la había criado. Pero pudo tomar la dimensión de lo que le habían hecho, le costó mucho, era muy joven. Claudia empezó una nueva vida, y se encontró con una familia numerosa, con primos, tíos, y eso la ayudó a conocerse”.

Esta Jornada se realizó como parte del Plan anual de actividades del Programa de Promoción de los Derechos Humanos, que fue aprobado por la Resolución UNM-R Nº 229/19, que forman parte de las acciones que la UNM realiza por el ejercicio de la Memoria y acompañando el reclamo de Verdad y Justicia.