La Universidad Nacional de Moreno brindó la charla-debate “Legalización de la interrupción voluntaria del embarazo en el centro de la escena pública: la perspectiva sanitaria”. La actividad se realizó el jueves 7 de junio y estuvo a cargo de las médicas Patricia Rosemberg y Cecilia Zerbo, exdirectora y exdirectora asociada, respectivamente, del Hospital Materno Neonatal "Estela de Carlotto" de Moreno.

Un amplio público integrado mayoritariamente por mujeres participó de este encuentro, propuesto en el marco del actual tratamiento legislativo en el Congreso Nacional del Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.

La actividad se realizó como parte del Programa de Promoción de los Derechos Humanos, entendiendo la problemática como una cuestión de acceso a la salud pública en condiciones de igualdad y seguridad, fundamentales para el pleno cumplimiento de los Derechos Humanos de las mujeres.

 “Por el aborto ilegal y clandestino se mueren mujeres que de ninguna manera deberían morirse. Todas esas muertes son evitables con una atención médica adecuada. El procedimiento médico es seguro y sencillo, pero las mujeres no acceden por distintas causas, por el miedo a la ilegalidad y a la penalización y por falta de recursos económicos. El estigma es para todas las mujeres, pero a las más vulnerables les cuesta la vida”, explicó Rosemberg en este sentido.

Zerbo completó la idea asegurando que el objetivo es lograr que “las mujeres sean protagonistas de sus propias elecciones de vida, que puedan pensarse en forma íntima, genuina y autónoma y que no se utilice la situación de aborto para estigmatizarlas y mecanizar prácticas sobre sus cuerpos”.

Deconstrucciones

Al ser consultada sobre la introducción de la perspectiva de género en el campo de la Medicina, desde su amplia experiencia profesional, Rosemberg reflexionó: “Hoy el 80% de los egresados de las universidades de Medicina son mujeres y, sin embargo, en todos los cargos jerárquicos, la proporción es inversa, el 80% son hombres. El género no es una perspectiva que tengamos los médicos ni los equipos de salud en nuestra formación; igual que en la sociedad, está mucho más arraigado el machismo y el sistema patriarcal. Además, es una profesión de mucho verticalismo: hay muchas jefaturas y mucha jerarquía, con cuestiones del sistema militar: en lugar de enseñarnos a hacer una escucha activa nos enseñan a ´hacer interrogatorios´, hay ´pases de guardia´ en los hospitales, en las clínicas y en el sistema militar. Todo eso hay que deconstruirlo para que una perspectiva como la del aborto se integre para trabajar de una manera distinta a como lo venimos haciendo”.

En la misma línea, Zerbo analizó el cumplimiento efectivo de las políticas vinculadas a la salud sexual y reproductiva: “La implementación es compleja  porque no se trata solo de aplicar un proceso de trabajo sino que supone un cambio cultural; se necesita trabajar adentro de los hospitales y centros de salud, con mucha capacidad de interdisciplinar, no solo entre médicos de diferentes especialidades sino también de arquitectos, ingenieros, economistas, contadores, enfermeros, psicólogos, trabajadores sociales e informáticos para garantizar el acceso a derechos”.